jueves, 25 de febrero de 2021

CONVOCATORIA DE POESÍA VISUAL VEINTE VEINTE



 Poesía Visual en la tercera década del siglo XXI. Tecnología Digital y Perspectiva de Género.




Las bases de participación para esta convocatoria de poesía visual se publicaron en plataformas digitales sociales en enero del 2020.

Para la admisión de autor@s participantes se ha tenido en cuenta la paridad de género, por lo que esta convocatoria la integran 20 autoras y 20 autores de 4 países (España, Italia, Alemania y Argentina).

El proceso creativo de VEINTE VEINTE se ha realizado en dos fases. En la primera cada autor y cada autora ha enviado por e-mail en formato JPG un poema visual de temática libre, por lo que se recibieron un total de 40 obras, en las cuales ha intervenido la tecnología digital en algún momento del proceso creativo.






La segunda fase de VEINTE VEINTE consistió en un intercambio de los 40 poemas visuales entre l@s participantes, es decir, cada autor recibió el visual de una autora y viceversa, cada autora el de un autor, y a partir de este han optado por intervenirlo o inspirarse en él para crear un nuevo poema visual. Los emparejamientos para los intercambios o cruces de poemas se han realizado organizando la lista de autoras alfabéticamente (de la A a la Z) y la lista de autores a la inversa (De la Z a la A), como aparece indicado en el esquema superior.











Finalmente, en diciembre del 2020, se imprimieron todas las obras recibidas, un total de 79, se recortaron manualmente y se encuadernaron 80 ejemplares en cajas de DVD recicladas, a modo de revista ensamblada. En Enero del 2021 se envió un ejemplar a cada participante. El Ejemplar Nº 80 ha sido donado al Centro de Poesía Visual de Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba).





En la segunda fase de la convocatoria de Poesía Visual Veinte Veinte, por motivos desconocidos, no participó Carmen Rivas, autora a quien correspondía haber intervenido el visual de Raimon Blu, o inspirarse en él para crear uno nuevo. Este espacio quedó en blanco, abierto al esparcimiento creativo de cada autor o autora cuando recibiera su ejemplar y así poder personalizarlo.




VEINTE VEINTE también se ha editado en formato digital PDF, enviando una copia a cada participante.






CONTENIDO de VEINTE VEINTE:

























































































Poemas visuales realizados por autores y autoras participantes en el espacio en blanco de su ejemplar, inspirándose o interviniendo el visual de Raimon Blu:



Visual de Raimon Blu




Cinzia Farina



 Cristina Holm


Felipe Zapico



Eva Hiernaux


Juan Fran Núñez Parreño


Francesc Xavier Forés



Maya López Muro



Javier Seco


Marisa Merino




María Jesús Montía




César Reglero Campos



Isabel Jóver



Tomás Camacho





VIDEO EDITADO POR MAYA LÓPEZ MURO CON EL CONTENIDO DE LA CONVOCATORIA DE POESÍA VISUAL VEINTE VEINTE:









PRÓLOGO DE RAIMON BLU INCLUIDO EN VEINTE VEINTE


Poesía Visual en el siglo XXI. Tecnología Digital y Perspectiva de Género.

Poesía e imagen posiblemente estén mimetizadas desde el inicio de la comunicación humana. Jean-Jacquet Rousseau, en su ensayo sobre el origen de las lenguas (1781), planteó la siguiente hipótesis: «se puede, pues, creer que las necesidades dictaron los primeros gestos y que las pasiones arrancaron las primeras voces. [...]. Así debió ser. No se empezó por razonar, sino por sentir». Rousseau argumenta que el origen del lenguaje humano no deviene de sus necesidades sino de sus pasiones, y que en sus inicios debió ser a base de tropos, en clave poética, emitiendo expresiones semejantes a una bella melodía. La teoría de Rousseau unida al simbolismo de las primeras imágenes iconográficas representadas, las denominadas pinturas rupestres, me induce a ponderar una romántica idea, que la Poesía Visual pudiera haber sido la primera forma de escritura, y en consecuencia, esta debe ser tan remota como el propio acto comunicativo entre la humanidad. Me inclino por pensar que la escritura fue degenerando en signos cada vez más opacos y arbitrarios, mientras la Poesía Visual iría adquiriendo mayor complejidad iconográfica y dotes de simbolismo, adoptando en cada cultura y época histórica diferentes formas, métodos y soportes de manifestación, en función de las ideas predominantes y de la estructuración social a la que fuese dirigida, desde las figuras prehistóricas, los pictogramas, las primeras pinturas eclesiásticas y seculares, los caligramas griegos, los escudos heráldicos o el que es para mí el más grandioso poema visual que he conocido: el conjunto de palacios Nazaríes de la Alhambra. Pero es durante el siglo XX que la Poesía Visual adquiere nombre propio y se consolida como género artístico autónomo con tintes de escritura plástica vanguardista, probablemente una consolidación que arranque con el dadaísmo, continuada por diferentes grupos artísticos que se movieron por espacios de divulgación marginales, hasta la circulación de ediciones más o menos artesanales en las últimas décadas del siglo XX. Han mutado las fórmulas expresivas, los códigos, el simbolismo de los elementos, el canal de comunicación y la amplitud difusiva, pero realmente el principio de acción comunicativa ha prevalecido invariable desde los orígenes. Me motiva cada vez que compongo o leo Poesía Visual el creer que enharino mis manos y ojos con el demiurgo de la comunicación humana.

Situándonos en el presente, es incuestionable que las dos primeras décadas del siglo XXI han estado influenciadas por la tecnología digital y su aplicación en todos los ámbitos, originando novedosas formas de comunicación, de movilidad, de consumo, de trabajar, de concebir los entornos que habitamos y evidentemente de crear, con especial repercusión para las artes visuales. Estableciendo una ligera comparativa con artistas que trabajaron la Poesía Visual durante las últimas décadas del siglo XX, la tecnología digital ha abierto sederos insólitos para explorar códigos comunicativos desde la práctica de la poesía experimental, aportado nuevas técnicas, nuevos formatos, pluralidad de espacios expositivos y facilitando el acercamiento de personas de diversas ramas artísticas a esta disciplina a caballo entre las artes plásticas y la literatura. En este sentido, la presente convocatoria de Poesía Visual se ha materializado priorizando el uso de la tecnología digital. En primer lugar, tanto la publicación de las bases de participación como la confirmación de l@s participantes se ha realizado a través de una red social virtual, y el medio utilizado para la coordinación y recepción de los visuales ha sido el correo electrónico. Las obras reunidas representan un amplio abanico de técnicas creativas, realizadas bien con procesadores digitales de textos o imágenes, o bien “a mano” que mediante la fotografía o el escáner se han digitalizado. Y tanto el proceso de maquetación como de imprenta han sido digitales, un viaje de ida y vuelta que cierra el círculo al estilo artesanal, con la edición en papel, cortado y ensamblado manualmente.

El segundo precepto de esta convocatoria se ha fundamentado en poner de relieve la perspectiva de género. Es innegable la invisibilización de la mujer en la historia, en las artes y en la vida pública, como también es constatable que la lucha feminista ha obtenido grandes logros en cuanto a la igualdad de género en algunos Estados y que la aparente tendencia es alcanzar una igualdad mejor estructurada, pero el lastre de la desigualdad sigue siendo grueso y el género masculino dominante de forma generalizada. Esta convocatoria de Poesía Visual se planteó preservando la equidad de género en cuanto a participantes, reuniendo un total de 20 autoras y 20 autores. Y quizás lo más distinguible sea su segunda fase, un juego de creatividad experimental inspirado en la parte de las teorías Queer que definen identidad sexual y su relación con el género social «como una performance narrativa a través de la que se va construyendo una subjetividad inestable, multifacética y en constante elaboración» (Butler), que ha consistido en un intercambiando de poemas visuales, cada autor ha recibido el visual de una autora y cada autora el visual de un autor, a partir del cual han optado por intervenirlo, inspirarse para crear uno nuevo o dedicarle alguno específicoalautoroautoradelvisualrecibido.Esdecir, un juego parapoder estimar si la identidad de género ejerce influencia o no en el proceso creativo y su resultado final, si de esa “performance narrativa” emerge una feminidad varonil o una masculinidad mujeril que supera los estereotipos de género, sin entrar en valoraciones sobre cuánto hay de biológico o de cultural en ello, o la diversidad de identidades sexuales más allá del binomio masculino/femenino.

Los 80 poemas visuales que integran esta convocatoria ofrecen muy diversas lecturas, pero de forma inducida mi propuesta se dirige a establecer reflexiones, comparativas y conclusiones personales entre la teoría y la práctica de la Poesía Visual a las puertas de la tercera década del siglo XXI, ¿está aportando nuevas cualidades la tecnología digital a la Poesía Visual ?, ¿es exponencial la calidad expresiva con su divulgación y creación masiva?, ¿exige el uso generalizado de tecnologías digitales la creación de textos e imágenes más estilizadas, más elaboradas, con mayor agudeza metafórica que diferencie Poesía Visual de publicidad, memes, y logos propios de la ingente estimulación visual ejercida desde la “cultura de la imagen”?. Y desde la perspectiva de género, ¿se puede apreciar diferencias sustanciales entre una Poesía Visual femenina y una masculina en cuanto a técnicas, estilos y temáticas?, ¿cuánto de los roles de la feminidad adoptamos los varones en las creaciones poéticas o cuánto de la masculinidad adoptan las mujeres en las mismas?, ¿en los visuales dejamos huellas apreciables de nuestras identidades sexuales?, ¿ejerce influencia sobre nuestra percepción de una obra los estereotipos de género al conocer si su autoría es de una mujer o de un hombre?.

Observando el contenido de Veinte Veinte cada mirada percibirá un significado específico a partir de la actitud universal de la subjetivación que provoca el arte en general y la Poesía Visual en particular, porque si algo caracteriza los 80 poemas visuales aquí reunidos, en su conjunto y en líneas generales, es la calidad estética, el esencialismo simbólico de sus elementos, la profesionalidad en cuanto a recursos y técnicas expresivas, y de forma sobresaliente la generosidad del colectivo de poetas visuales, así como su encomiable paciencia para hacer posible este tipo de publicaciones. Concluyo a modo de agradecimiento a tod@s l@s participantes con las palabras que me trasmitieron una autora y un autor a la hora de enviarme su visual en la segunda fase del intercambio. Marisa Merino, quien recibió el visual de Paco Pérez Belda, un poema letrista en blanco y negro titulado “Muro”, tras realizar su intervención sobre este y enviármelo me respondió: «en mis muros crecen flores». A su vez Paco Pérez Belda recibió el visual de María Jesús Montía, un poema en el que la firme robustez de una columna clásica es sostenida por un huevo junto al que aparece la letra “a”; la respuesta de Paco al enviarme su poema dedicado a esta autora fue: «me he ido a los orígenes, al huevo de Simmias de Rodas, y le he puesto la “A” que siempre usa María Jesús». Así se podría resumir la convocatoria de Poesía Visual VEINTE VEINTE: Origen, letra, y muros en los que crecen flores.




Raimon Blu






Roquetas de Mar, 24 de noviembre del 2020
 







Estampillas de autor/a realizadas por Maya López Muro con el contenido íntegro de VEINTE VEINTE:












POESÍA EXPERIMENTAL DE RAIMON BLU