Aquella mañana vi en redes sociales la convocatoria del VI Concurso de relato corto Pepe Criado, organizado por la Biblioteca municipal de Berja. Tema: El Sol. Lugar: Casa de la Cultura de Berja. Fecha: viernes 11 de mayo del 2018. Hora: a las 5 de la tarde.
Sabía que estabas débil, que luchabas por la vida nadando contracorriente, pero que estarías allí presente mientras cada participante leería su relato en voz alta, que harías de jurado y elegirías los tres mejores relatos. El instinto me impulsó a ir, a participar para que te sintieras arropado y querido. Nada más terminar de comer improvisé 4 frases que escribí en mi móvil y titulé EL SOL QUE NOS CIEGA. Salí a las 4 de la tarde dirección a Berja y el infortunio quiso que precisamente en ese desplazamiento se averiara la bomba del agua de mi coche. En Vícar me detuve con el motor sobrecalentado, esperé que se refrigerara mínimamente y pude llegar hasta la casa de mi madre en el Viso, quien me prestó su coche y continué camino. Cuando llegué a la Casa de la Cultura de Berja había iniciado la lectura de relatos, estabas allí sentado, débil pero radiante, en tu austero trono, arropado por libros y amantes de la literatura. Antes de leer mi breve relato lo introduje dedicándote unas palabras: "he venido a homenajearte más que a concursar..." Cuando terminaste la deliberación y nombraste los tres ganadores te dirigiste hacia mí, nos abrazamos y me dijiste, "tengo pendiente un café contigo, lo tengo anotado, ya te llamaré, ahora que somos vecinos en Aguadulce...".
Lo que ninguno de los dos imaginamos es que esa sería la última vez que nos veríamos. El 10 de abril del 2019, una mezcla de frío y rabia, de impotencia paralizante, me inundó cuerpo y alma al leer también por redes sociales el siguiente titular: "El mundo de las letras llora la muerte de Pepe Criado, escritor, editor e impulsor cultural".
En Aguadulce, solo, he tenido que tomarme uno de los cafés más amargos de mi vida, admirado Pepe, tú que apadrinaste mi primer libro de poemas, mis primeros poemas visuales en los ilustrados salones del Casino de Dalías... que la tierra te sea leve, amigo.
POESÍA EXPERIMENTAL DE RAIMON BLU
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